Sorprende que un planteamiento semejante sea llevado a la escena por... una sensibilidad femenina en cuerpo de hombre. Las mujeres -y ahora l@s ciudadan@s del Mundo- llevamos muchos siglos reclamando lo que es nuestro: somos personas.
Feminizar al hombre es una de nuestras propuestas para lograr la igualdad dentro de la diferencia. Porque tod@s somos distint@s.
Don Giovanni, Don Juan... Siempre ellos, coleccionando amantes y alardeando de ser muy machos por ello... Si las mujeres quisieran masculinizarse éste sería el camino escogido: repetir un esquema ya manido.
La apuesta de este director de escena es la mezcla: música y teatro, masculino femenino diluyen sus límites, y los roles estrictos se disipan dejando paso a nuevas posibilidades...
Hay vida más allá de los estereotipos, hay imaginación y alegría de vivir. Desaparecen los muertos, las venganzas...
Aparece una escena repleta de sugerencias que resuenan en nuestro interior con fuerza... Como ese delay que permite que el piano suene cuando ya no está el pianista tocando...
La androginia deja paso al juego, y los idiomas se suceden, se alternan, como esta Europa que queremos conformar... o este Mundo que deseamos habitar en Paz.
¡¡¡Un aplauso a la emoción creadora y libre!!!
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