¿DÓNDE ESTÁN LOS CRÍTICOS?

He estado contemplando el dossier de prensa del Festival Magdalena expuesto en la entrada... Es curioso. Todos los recortes hablan de lo mismo, del festival en general como acontecimiento... muchas obras... festival de mujeres... creadoras... ellas... 31 obras, 13 conferencias, 7 talleres intensivos de tres días cada uno...

He asistido ya a varios espectáculos y puedo afirmar que la programación de este festival posee una calidad extraordinaria. Además se presenta en espacios punteros y emblemáticos de la ciudad como son, entre otros, el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB), el Ateneu Barcelonés, la sede del SGAE, la Casa Asia, así como la biblioteca Francesca Bonnemaison, sede del evento. Cuentan con el patrocinio de prestigiosas entidades como el Institut de Cultura, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, el British Council, el Ayuntamiento de Girona, el Teatro Nacional de Catalunya, el Ministerio de Cultura... entre los más destacados de una larga lista.

Y sin embargo, ni una sola reseña de un espectáculo concreto en ninguno de los medios de comunicación habituales. ¿Curioso verdad? Y yo me pregunto ¿dónde están los críticos? Bien es cierto que tienen que organizar su agenda y escoger entre ir a ver al grupo de aficionados -como publicaba ayer La Vanguardia por citar sólo un ejemplo- o pasar la tarde entera asistiendo a espectáculos innovadores en los que además de pensar, utilizar su bagaje cultural para establecer relaciones, luego tienen que escribir con la suficiente elegancia para mantener la talla de lo que han visto. Y claro, con lo mal pagado que está el periodismo... tanto becario suelto y contratos (si los hay) de dudosa factura... Bueno, pero eso es otro tema.

Yo lo tengo claro:

¡QUIERO EL FESTIVAL MAGDALENA TODOS LOS DÍAS DEL AÑO!
La programación es tan buena que me encantaría poder dedicarme exclusivamente a presenciar el apretado programa que nos proponen del 16 al 25 de marzo en Barcelona. Tres o cuatro obras diarias, conferencias, talleres... La verdad, desearía disponer de una oferta de tanta calidad todos los días del año. Aunque sólo fuera una obra a la semana. ¡Alimento para el espíritu!